El sacerdote Tito Rivera, acusado por abuso y violación en la Catedral de Santiago, desmintió aquella denuncia aunque reconoció haber tenido conductas homosexuales. Además, calificó la denuncia como un “montaje” en su contra para obtener dinero, afirmó que sí tuvo actos sexuales pero todos consentidos y con mayores de edad, y dijo que en la Iglesia conoce a sacerdotes homosexuales.